El nuevo jugador del Monbús Obradoiro Matt Thomas fue presentado en la sede de Espina & Delfín S.L

El de Matt Thomas por el Monbus Obradoiro es uno de esos fichajes fraguados con tiempo y con precisión casi quirúrgica. “Ya estaba fichado”, admitió el director general del club, José Luis Mateo, cuando se le cuestionó ayer sobre el papel del alero estadounidense de 23 años en la Liga de Verano de Las Vegas, en la que se proclamó campeón con Los Angeles Lakers y encestó 23 puntos en la final (5/5 en triples). Asumía el dirigente que de no haberlo firmado al inicio de la competición probablemente se habría escapado por su buen rendimiento en la misma. El propio Thomas reconoció que su conversación con Mateo y con Moncho Fernández en la ciudad del juego resultó fundamental. Allí apostó… por iniciar su carrera en Santiago.

En este sistema puedo hacer muchas más cosas, es perfecto para mí

“Jugar en este equipo y en la ACB en mi primer año como profesional era una gran oportunidad. Tenía muchas ganas, hablé con Moncho en Las Vegas y sentí que coincidía con sus expectativas, con sus valores y con su forma de entender el baloncesto. Creo que encajo muy bien en el equipo y mi forma de jugar encaja con su forma de entrenar. Es una situación muy buena para mí”, explicó el alero durante su presentación en Espina y Delfín.

Aunque el rookie (novato) del plantel solo conocía la Liga Endesa de oídas (“allí solo se ve la NBA”, dijo), pidió consejo a tres ex del Obra que “solo dijeron cosas positivas”: Alec Brown, Robbie Hummel y Shayne Whittington. “Me ayudaron a tomar la decisión de venir a Europa”, apostilló el exterior formado en Iowa State. Y denota madurez al razonar que su “sueño” siempre ha sido militar en la NBA pero opta por centrarse en el presente: “He aprendido que cuando juegas debes disfrutar del momento. Estoy feliz de estar aquí y disfrutaré de formar parte de este club”.

Uno de sus objetivos será expandir su baloncesto. Acostumbrado a ejercer de especialista en el tiro en Iowa State, en el Obra ve la opción de añadir más repertorio. “El sistema es perfecto para mí, es una de las cosas que más me agradan. En la universidad era un tirador que abría la pista, pero aquí puedo hacer mucho más: salir de bloqueos, tener más el balón, crear juego con el bote…”, subraya. “El estilo es muy diferente. Aquí hay más cortes, todo el mundo se mueve, allí el balón lo tenían uno o dos. Esto encaja extremadamente bien con mi forma de jugar”, sentencia.

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